La última sesión de nuestra Aula de Formación Permanente abordó el viernes 10 de febrero, como colofón del ciclo dedicado a Los Laicos, el reto de asentar en la Iglesia «una Espiritualidad específicamente laical».
Don Antonio Calero nos animó al inicio de su ponencia a que los laicos construyamos y definamos el contenido de una espiritualidad laical, sin dejárselo a los sacerdotes o religiosos; añadiendo que esta espiritualidad debe llevarnos a “plasmar en las relaciones humanas, sociales y familiares en nuestro mundo los criterios por los que actuó Cristo; a vivir en el mundo según el Espíritu Santo, que da a cada vocación cristiana su dones y sus responsabilidades propias y concretas”.
Aludió a que “El cristiano “vive del Espíritu de Dios”, glosando la carta a los Romanos, capítulo 8, que describe cómo todos los que vivimos según el Espíritu somos Hijos de Dios, añadiendo que “La “espiritualidad” es la forma de vivir, en el Espíritu, la propia vocación en la Iglesia: sea ministerial, religiosa, o laical”. De ahí nace un sano “pluralismo de espiritualidades dentro del cristianismo y de cada vocación cristiana”.
Como notas principales que configuran esta Espiritualidad laical, la definió como “Cristiana; Encarnada en las realidades que constituyen el orden temporal; y Asentada sobre la base de auténticas virtudes humanas”. Y como caminos y formas para cultivar la Espiritualidad laical destacó los siguientes:
* Momentos de reflexión, interiorización y discernimiento, tanto de forma personal, como en grupo.
* Realizar la síntesis personal de varios elementos:
– la Palabra de Dios como punto de partida.
– la vida sacramental: Eucaristía, Penitencia, Matrimonio.
– la Oración como momento de encuentro personal con Dios en Cristo.
– la Vida ordinaria: familia, trabajo, uso de los bienes, compromisos sociales, políticos, etc.
Se detuvo el P. Calero en dos aspectos muy importantes de la vida humana: el matrimonio, en el que los cónyuges deben afrontar en común todos los avatares de la vida familiar desde la vida de Cristo; y el trabajo humano, que tiene que desempeñarse por el cristiano ejemplarmente y mirando hacia el bien común y la humanización de la sociedad.
Concluyó sus palabras en la Hermandad de Santa Marta, expresando que la meta última de la «Espiritualidad laical» es la santidad, que tenemos que sembrar y construir en este mundo, pero que se alcanza y culmina en la otra vida.
Tras finalizar estas tres magistrales sesiones, el Hermano Mayor agradeció a los hermanos asistentes su tesón y fidelidad por hacer realidad un curso más el Aula de Formación Permanente de Santa Marta, y a Don Antonio Calero le expresó la gratitud más sentida de nuestra Hermandad por su ejemplar disposición para ofrecernos, una vez más, lo mejor de sus conocimientos y sabiduría humana y cristiana.
Por último los asistentes compartimos una copa de confraternidad, visionando el reportaje dedicado a la Formación en las Hermandades que ofreció el programa de Giralda TV “Tramo a Tramo” el pasado 26 de enero, bajo la dirección del periodista Pedro Domínguez, que pueden contemplar en otro lugar de esta web.
Ofrecemos a nuestros hermanos el esquema de la 3ª sesión del ciclo “Llamados a redescubrir la espiritualidad laical”:
LAICOS: TRES LECCIONES
III. Hacia una Espiritualidad específicamente laical
1. El hombre es, en definitiva, un ser que “vive del espíritu”: dimensión antropológica.
2. El cristiano “vive del Espíritu de Dios”: Rom 8, 9-14.
3. La “espiritualidad” es la forma de vivir, en el Espíritu, la propia vocación en la Iglesia: ministerial, religiosa, laical: LG 31.
4. Pluralismo de espiritualidades dentro del cristianismo y de cada vocación.
5. Notas que configuran la Espiritualidad laical:
* Cristiana: – Cristocéntrica: AA 4.
– Bautismal: partícipe de la triple condición de Cristo: AA 4.
– Eclesial: comprometida en la construcción del Reino: LG 31; GS 43; AA 7.
– Teologal: Fe, Esperanza, Caridad: AA 4
– Mariana: María, Madre y Maestra: AA 4
* Encarnada en las realidades que constituyen el orden temporal: AA 7.
* Sobre la base de auténticas virtudes humanas: AA 4.
6. Caminos y formas para cultivar la Espiritualidad laical:
* Momentos de reflexión, interiorización y discernimiento, tanto de formal personal, como en grupo.
* Realizar la síntesis personal de varios elementos:
– la Palabra de Dios como punto de partida.
– la vida sacramental: Eucaristía, Penitencia, Matrimonio.
– la Oración como momento de encuentro personal con Dios en Cristo.
– la Vida ordinaria: familia, trabajo, uso de los bienes, compromisos sociales, políticos, etc.
7. Meta última de la Espiritualidad laical: la Santidad: LG 40.
Conclusión: “Los fieles laicos han de considerar la vocación a la santidad, antes que como una obligación exigente e irrenunciable, como un signo luminoso del infinito amor del Padre que les ha regenerado a su vida de santidad. Tal vocación, por tanto, constituye una componente esencial e inseparable de la nueva vida bautismal, y, en consecuencia un elemento constitutivo de su dignidad. Al mismo tiempo, la vocación a la santidad está ligada íntimamente a la misión y a la responsabilidad confiada a los fieles laicos en la Iglesia y en el mundo” (Juan Pablo II, Christifideles laici 17).

