Se adjunta la Carta Pastoral que el Sr. Arzobispo de Sevilla ha escrito esta semana sobre este tema de tanta importancia. La carta, insta a los grupos y movimientos apostólicos, y otros colectivos diocesanos a intensificar la oración ante el Santísimo Sacramento durante los días 21, 22 y 23 de octubre. Durante estos días se celebrará en Sevilla un Congreso Internacional sobre el aborto, con la finalidad de compartir información, experiencias y nuevas técnicas para mejorar la calidad de las prácticas abortivas.
Por todo ello, el Consejo de Apostolado Seglar convoca a los miembros de los movimientos y asociaciones laicales de la Archidiócesis de Sevilla y a cuantos fieles laicos quieran acompañarnos el próximo 21 de octubre para celebrar una Hora Santa de adoración ante el Santísimo Sacramento a las 21.00 horas en Iglesia Colegial del Divino Salvador de Sevilla a favor de la vida, para impulsar una cultura que acoja y promueva la vida.
En la carta pastoral el Sr. Arzobispo manifiesta su “respaldo y aliento a las instituciones, confesionales o no, que promueven iniciativas a favor de la vida y que ayudan a las madres en circunstancias difíciles para que acojan generosamente el fruto de sus entrañas. Pocas formas de acción social y de apostolado son hoy tan hermosas y urgentes como ésta”.
Dirijamos a María nuestra plegaria, como ha pedido el Sr. Arzobispo con la oración con la que Juan Pablo II finaliza su Encíclica “Evangelium vitae”:
Oh María,
aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Madre, el número inmenso
de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas
de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia
o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo
como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo
con solícita constancia, para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.