Realmente no es una fecha al uso en el mundo de las hermandades. No es temporada alta cofrade… salvo para los hermanos de Santa Marta. El 29 de julio está marcado en rojo en el calendario de cada uno de nosotros y de los cientos de devotos y devotas que van a pedir su intercesión cada martes del año. El 29 de julio es el día de la Santa.
Es uno de los días grandes de la Hermandad, la jornada en la que regresamos a nuestros orígenes de gloria, en el que los más antiguos rememoran nuestra estancia en San Bartolomé, en el que los más jóvenes inician su devoción sin medida a Santa Marta pasando el día en San Andrés desde la hora del desayuno hasta que todo queda en orden, una vez se cierran las puertas.
El 29 de julio es el día de las familias de Santa Marta. La tarde en que padres, madres e hijos vuelven de la playa para rezar unas horas ante la Santa de Betania. Es la fecha en que, como para muchos ocurre en Navidad, en Santa Marta nos reencontramos, año tras año, ante los pies de la imagen de Sebastián Santos.
Es el día de los nardos. Del hisopo y del acetre. Pero sobre todo es el día de la devoción de la Hermandad hacia la Santa que nos da nombre como cofradía
Es el día de los nardos. Del hisopo y del acetre. De la licencia para colocarle los pendientes (dependiendo del año). Pero sobre todo es el día de la devoción de la Hermandad hacia la Santa que nos da nombre como cofradía. Es el final del curso y de la renovación de nuestro compromiso con la Hermandad. Es nuestro día. El que esperamos con impaciencia. El día de Santa Marta. La cita de cada 29 de julio.