Estamos en la hora del Espíritu Santo, es el tiempo de la Iglesia. Tras la Resurrección y Ascensión de Jesús, la presencia invisible pero eficaz del Espíritu Santo es lo que anima a que la vida cristiana de las comunidades cristianas, la Hermandad entre ellas, se reanime constantemente en la labor de la evangelización y en la búsqueda de la santidad de sus miembros.
La tercera sesión del Aula de Formación Permanente sobre “El Credo”, dedicada al Espíritu Santo, volvió a cautivar a los asistentes que llenaban el salón de la Casa-Hermandad, para escuchar de nuevo a D. Adrián Sanabria, quien comenzó invocando al Espíritu como guía, iluminador y animador de los creyentes en el camino de la vida.
Por medio de una presentación de imágenes el ponente fue desgranando las características que, según el Catecismo de la Iglesia, presenta la tercera persona de la Santísima Trinidad, en este tiempo en que caminamos hasta la segunda venida de Jesús. Detalló los siete dones que recibimos del Espíritu, así como su presencia misteriosa pero esencial en los siete sacramentos, que alimentan la fe de los cristianos día a día.
Apoyado en diversas citas del Nuevo Testamento, nos explicó como gracias al Espíritu Santo realidades como la figura de Jesucristo, el Evangelio, la Iglesia, la misión evangelizadora, el mundo en que vivimos, las podemos asumir con una mirada de fe y de esperanza, tendiendo a traducirlas en nuestra vida, y como por su empuje y aliento todo lo que realizamos en la Iglesia y en la misma Hermandad, con actividades como la formación cristiana, a pesar de las dificultades, reciben su aliento y su animación, para llevarlas a todos nuestros hermanos.
Una oración a la Santísima Virgen, icono del Espíritu Santo, puso fin a la interesante sesión formativa. El próximo viernes 21 de febrero, a las 20,30 h. celebraremos la cuarta y última de este ciclo, que concluirá con un ágape fraterno de los asistentes con el querido D. Adrián Sanabria. Te invitamos y esperamos.