La Convivencia de la Juventud de Santa Marta con la Juventud de la Hermandad del Silencio, además de un éxito de asistencia de hermanos jóvenes y mayores, fue un auténtico encuentro cofrade cuaresmal que dejó huella en los asistentes de una y otra Hermandad.
La clave de la jornada estuvo en la emotiva homilía que pronunció el sacerdote D. Pablo Colón en la Misa celebrada en nuestra Capilla, abarrotada en sus estrechos muros, en un ambiente de cercanía y familiaridad con nuestras Sagradas Imágenes. D. Pablo afirmó que los cofrades tenemos que seguir manteniendo “el pulso de lo sagrado” en nuestra ciudad, en nuestra tierra, siendo transmisores –especialmente los jóvenes- de la memoria que hemos recibido de nuestros mayores, y que todo lo que sea de verdad, sea auténtico, tiene cabida en nuestras Hermandades. Entrando en el tiempo de Cuaresma, tan significativo para los cofrades, destacó como lo esencial en todo y lo único que salva la celebración de nuestra Semana Santa es la relación directa de una Imagen con un devoto, ahí descansa todo y sobre ello se ha construido todo lo que la adorna. Aludiendo al evangelio del día –la Transfiguración- refirió como la subida al monte Tabor para contemplar la gloria de Dios, requiere también bajar para compartir la cruz del destino y del sufrimiento humano.
Antes de la Misa, en el salón de nuestra Casa también lleno de jóvenes, N.H.D. Manuel Palomino tuvo una interesante charla con ellos aludiendo a aspectos comunes entre ambas Hermandades a lo largo de la historia, deteniéndose en comentar aspectos de las cofradías en las décadas de los setenta y los ochenta -por ejemplo los Vía Crucis a la Catedral de ambas corporaciones celebrados en 1983 y 1984-, que llamaron la atención de los asistentes, muchos de los cuales habían nacido en aquella época.
El colofón de la jornada fue una agradable comida de convivencia entre los hermanos de Santa Marta y el Silencio con los preparativos cuaresmales y la inminente Semana Santa como fondo, que revalidó las tradicionales buenas relaciones entre ambas corporaciones de la misma feligresía.
Una vez más en nuestra historia, la Juventud de Santa Marta propició una entrañable jornada cofradiera en nuestra Casa-Hermandad en el corazón de la Cuaresma.