"Ser cristianos todo el día. Vivir nuestra fe de la mañana a la noche. Tener a Jesucristo como referente en todas las cosas de la vida", fueron algunos de los principales mensajes que se lanzaron en la segunda sesión de nuestro ciclo "Cristianismo y Sociedad" celebrada el 16 de diciembre.
¿Cómo vivir la fe en el mundo del laicismo y la increencia? ¿Cómo transmitirla en nuestra sociedad que se aleja de Dios? La Delegación Diocesana de Apostolado Seglar, que aglutina a todos los movimientos laicales de nuestra Diócesis, se hizo presente en nuestra Casa-Hermandad para dibujar el panorama en que nos encontramos pero también ofrecer un mensaje de esperanza: tras esta "crisis" de fe surgirán cristianos y comunidades más auténticos, más comprometidos con Jesucristo y su mensaje.
José Javier García-Carpintero, coordinador provincial del Movimiento seglar de los Salesianos Cooperadores, abrió la sesión dibujando un panorama que nos apremia a arraigarnos más en la Fe y a plantearnos cómo la vivimos y transmitimos a los que nos rodean. La Nueva Evangelización, sobre la que se ha convocado un sínodo para 2012, debe ser la última oportunidad para que el cristianismo no sea barrido del mapa por la increencia y quede en un recuerdo histórico, sobre todo en Europa. Y esta reflexión no debe ir hacia afuera de la Iglesia, sino descubrir lo que cambiar o modificar en el interior de la Iglesia, señalando algunas de las característicos que deberá ofrecer la Iglesia del futuro.
El Delegado diocesano, Enrique García Belloso, añadió sus certeras palabras sobre la responsabilidad que nos alcanza: hay creyentes comprometidos, hay grupos y comunidades, pero tenemos que conocernos unos a otros, respetarnos, amarnos y ofrecer un mensaje de comunión: la Fe en Jesucristo o se vive en comunidad, en fraternidad humana, o será muy difícil mantenerla y transmitirla. La Iglesia no llega hoy en día a grandes "espacios" de nuestra sociedad: la cultura, la periferia de las ciudades, a las personas con problemas y carencias. "Hace falta formación, pero no solo para conseguir información, sino para alcanzar la conversión del corazón", manifestó Enrique Belloso ante un auditorio que quedó en silencio unos instantes.
Y por último César Hornero, Diputado de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno, acercó todas estas inquietudes al mundo de las Hermandades, con sus luces y sus sombras, pero haciendo también una llamada a la responsabilidad del momento y cómo las Hermandades deben transmitir clara y visiblemente su condición eclesial, la prioridad absoluta por Jesucristo y su mensaje, y la obligación de ofrecérselo a los hermanos y nazarenos que se acercan a nuestras Casas.
El diálogo entre los asistentes sacó a la luz diversos matices sobre estas cuestiones: la necesidad de una experiencia personal de la Fe, de ir a lo esencial del cristianismo, y la valoración de lo mucho que representan las Hermandades y Cofradías, que deben aportar al mundo del apostolado seglar su parcela de contacto con la piedad popular desde su raigambre histórica y cultural, superando inercias del pasado y dando un paso de cercanía con la sociedad actual, sin infravalorarse dentro del panorama de los movimientos y grupo laicales: somos, o podemos ser, la comunidad de referencia para nuestros hermanos.
"No es hora de muchos documentos o de más reuniones, sino de ser testigos y de tener y transmitir experiencias de Jesús, su Evangelio y su Iglesia", fue una de las conclusiones de este encuentro de nuestro ciclo "Cristianismo y Sociedad", que moderó admirablemente nuestro hermano Javier Márquez. Una agradable copa de confraternidad que amplió el diálogo sobre estas cuestiones entre los asistentes fue el colofón de la noche que abrió, una vez más, los límites de nuestra Hermandad de Santa Marta hacia la Iglesia y el mundo.