Siempre acudiendo a ti, en todos los momentos de nuestra vida, en los buenos en los que te damos gracias por tantas cosas y en los no tan buenos donde imploramos tu intersección para aliviar nuestras penas, esas de las que Tú sabes tanto porque pasaste por la pena más grande que puede pasar una Madre como es ver como su hijo humillado muriendo crucificado en una Cruz.
Son ya muchos años teniendo el privilegio de cantar en los cultos en los que Nª Señora de Las Penas siempre está presente, cuando hace ya casi 20 años de la mano de Luis Fernando Álvarez SDB, llegamos a la querida Hermandad de Santa Marta. He de confesar que el rostro de la Virgen de Las Penas siempre me ha resultado familiar, pues llevar desde pequeño viendo a la de Consolación y Lagrimas de San Joaquín de El Puerto de Santa Maria y descubrirte a Ti hace ya muchos años, cuando comenzaba a despertar mi interés y curiosidad por la semana Santa de la Ciudad de mis amores y sueños, ha provocado que siempre al mirarte, mi sensación haya sido como si te conociera desde siempre, pues la persona que esculpió tu Bendito rostro, puso también sus manos en la Dolorosa que desde pequeño vengo viendo en la Hermandad de la Veracruz en la Parroquia Portuense de San Joaquín.
Siempre que fijo mi mirada en María Santísima de Las Penas, me provoca serenidad, templanza, sosiego y mucha dulzura, sensaciones que inundan de paz mi corazón y que siempre me dan la fortaleza suficiente para seguir caminando hacia adelante, siempre de tu mano, como me enseñaron desde pequeño y como llegué a esta Ciudad cuando te descubrí en tu Quinta Angustia. Fueron tus manos Benditas las que me llevaron a Ti y desde entonces he ido descubriéndote en tus distintas advocaciones que han ido dejando huella imborrable en mi vida.
Tener el honor de cantar en tus Cultos, es poder preparar siempre la música con mucho mimo y esmero, es como hacer ese ramo de flores escogiendo cada flor y colocándola en el mejor lugar para que todas juntas, formen la armonía de la belleza. Cantar en tus Cultos es tratar siempre de que tus penas se transformen en alegrías, tu llanto en menos llanto y tu Soledad en nuestra compañía.
¿Qué debe ser Nª Sra. de Las Penas para los cristianos y para los hermanos de Santa Marta?
Maria siempre fiel a el Señor, “hágase en mi según tu palabra”, aceptando siempre todo cuanto fue aconteciendo en su vida. Que difícil nos resulta a veces en nuestras vidas el decir: hágase en mi según tu palabra, me pongo en tus manos para hacer tu voluntad.
Maria es nuestro camino a seguir, Madre y Maestra de nuestras vidas, debe ser nuestro modelo en quien fijarnos. Fijarnos en Maria es: “Haced lo que mi hijo os diga”, es por tanto, seguir la senda de Dios, anunciándolo como misioneros que estamos llamados a ser en esta vida, y ese anuncio debe estar impregnado siempre de la sencillez, la alegría, el consuelo, la sonrisa a los demás, el tender siempre nuestra mano a la persona que la necesita, (cuanto sabe la Hermandad de Santa Marta de esto).
Maria es nuestro camino a seguir, Madre y Maestra de nuestras vidas, debe ser nuestro modelo en quien fijarnos
Maria debe ser la Paz en nuestras vidas, para que así seamos instrumentos de Paz en un mundo donde tanta falta hace la Paz. En estos tiempos más que nunca tenemos que ser instrumentos de Paz, portadores de Paz, donde hay odio debemos poner amor, donde hay guerra tenemos que poner Paz.
Maria tiene que ser nuestro espejo en quien fijarnos y a quien tenemos que parecernos cada día más, y esa similitud que buscamos con Maria la encontraremos anunciando a Jesucristo su hijo nuestro Señor. Los cristianos del siglo XXI tenemos que ser Evangelizadores, tenemos que salir de nuestra zona de confort y llevar el mensaje de Cristo a los demás allá donde se nos necesite, en nuestros trabajos, en nuestras familias, con nuestros amigos, en nuestras hermandades.
Maria nos invita siempre a perdonar, tenemos que darnos a los demás, tenemos que desgastarnos con los demás, tenemos que aprender cada día más de Maria y con Maria, decir Maria debe ser acercarnos más a Dios. La Virgen sufrió mucho a lo largo de su vida en distintos momentos, pero nunca se quejaba porque Maria esperaba y confiaba en Dios. Y en Dios se confía a través de la oración, como hizo Maria durante toda su vida, siempre aceptando la voluntad de Dios y siempre rezando, hablando con Dios. A menudo nuestros Sagrarios están vacíos porque no oramos lo suficiente, quizás los verdaderamente vacíos seamos nosotros los Cristianos que dejamos a Cristo solo en el Sagrario. La oración transforma nuestras vidas y nos hará ser transformadores de las vidas de los demás. Somos lo que oramos y con la oración todo cambia porque experimentamos la cercanía de Dios y de su Madre la Virgen Maria. Dios siempre nos escucha. Es necesario pararnos a menudo y rezar porque así es como estaremos en las manos de Dios y de Maria.
Por último, la gratitud debe ser siempre una constante en nuestras vidas, debemos ser agradecidos, dando siempre gracias por cuanto tenemos, por tanto como Dios hace por nosotros, por el Amor de Dios a nosotros, por dejarnos a su Madre como Madre nuestra. A menudo no valoramos lo que tenemos, lo que somos. Es importante pasar por la vida dando gracias. En una sociedad tan ingrata en la que siempre nos estamos quejando, tenemos que ser capaces de dar gracias por todo lo que tenemos. “No tengáis miedo! Abrid las puertas a Cristo” nos dice San Juan Pablo II. Tenemos que sentirnos dichosos por ser hijos de Dios, por tener Fe en él. Lo importante no es tener sino compartir, y descubrir el maravilloso tesoro de Jesucristo su hijo en la imagen Bendita del Cristo de la Caridad.
Maria en definitiva nos invita a ser fieles ante el señor, a seguir su camino siendo Paz en nuestras vidas, siendo ella nuestro espejo en quien fijarnos siempre perdonando a los demás. Será entonces cuando alcanzaremos la Felicidad, encontraremos la alegría de ser cristianos, siempre tratando de amar y hacer el bien a los demás.
Gracias Hermano Mayor por permitirme expresar en estas torpes palabras estas reflexiones teniendo presente la imagen Bendita de Nuestra señora de Las Penas. Como acabara entonces el pregonero su pregón quiero acabar estas palabras: “ ….mas si mi amor te olvidare, Tú no te olvides de mí.”