Buenas noche Madre, una vez más me encuentro postrado ante tí, para darte gracias, pedirte, como madre mediadora que intercedes por nosotros ante tu Hijo.
Gracias por todo lo que me concedes todos los días, por la salud de mi familia y amigos, por las miles de cosas buenas que pasan en el mundo (No todo lo que sucede es malo), que seguro tu tienes mucho que ver. A pedirte por todos nosotros, por todos tus hijos, cuídanos Señora, después de lo que hemos pasado, ya nos hemos dado cuenta que realmente lo que verdaderamente importa es la salud.
Hace tiempo que no vengo a verte señora, estuvimos muchos años juntos, desde niño, hasta ya casi mi matrimonio que me marche de tu barrio, eso de ser vecino, y amigo del párroco de entonces (Nuestro querido D José), me facilitaba mucho el poder venirte a verte, unas veces rodeados de tus hijos de nuestra querida hermandad de Santa Marta, o de personas que simplemente entraban a rezarte, todos devotos, otras veces en la soledad del templo, pero siempre estabas ahí, cuidándonos, como solo una madre vela por sus hijos, pero en un segundo plano, como intentando pasar desapercibida ante la imponente figura de tu hijo muerto, refugiada en tu dolor, ese gran dolor ante la pérdida de tu Hijo. Ahí está tu grandeza y la demuestras todos los Lunes Santos, siendo la madre de Dios, ahí vas en el paso, acompañando a tu hijo hacia el sepulcro, al final del cortejo, sola acompañada por San Juan, demostrando tu grandeza ante todos tus hijos.
Tal vez el Cristo de la Caridad, al darme tanto respeto, intentaba pasar lo más rápido posible delante de Él, cosas de niños, me paraba a verte a ti, me dabas esa tranquilad, ese sosiego que todos necesitamos a tan temprana edad.
Madre, agradecerte que has curado a tus hijos enfermos, gracias Madre porque ante cualquier adversidad, siempre te veo, intercediendo ante tu hijo, protegiéndonos, como hace cualquier Madre con sus hijos.
Agradecerte el acompañamiento que seguro has hecho a tus hijos difuntos, para ponerlos en presencia de tu hijo, y que seguro, ya están todos disfrutando y gozando de la presencia de tu hijo, son nuestros guardias custodios allí en el Cielo, intercediendo por los suyos y por todos nosotros.
Agradecerte el acompañamiento que seguro has hecho a tus hijos difuntos, para ponerlos en presencia de tu hijo
Bendice Señora a los jóvenes de esta hermandad, que son el futuro, que sigan trabajando por y para ésta, Madre saben que estás ahí con ellos, arrópalos y guíalos por el buen camino.
Quiero pedirte Señora, por las personas que forman ese gran equipo, que trabajan desinteresadamente y se dan a los demás, a los más necesitados, siguiendo el ejemplo de tu hijo, la Caridad es muy importante en estos días que corren, cuídalos a ellos y a sus familias Madre.
A todos los grupos y hermandades que componen esta feligresía de San Andrés, a las hermandades del Lunes Santo, por todos los Hermanos Mayores y miembros que han pertenecido en algún momento a juntas de gobierno de estas corporaciones y a todos sus familiares, para que les pagues con creces todo el trabajo y el tiempo que te han dedicado en estos años.
Sé que te estoy pidiendo mucho Madre, pero todos los cristianos del mundo te necesitamos, intercede y media ante tu Hijo, para que estas circunstancias en que ahora nos encontramos, desde el punto de vista sanitario y los conflictos bélicos, se solucionen lo antes posible, todos te necesitan, acompaña a los difuntos, vela por los enfermos que están solos en los hospitales, ayuda a todas esas personas que las están asistiendo y curando, por todos, porque ahora más que nunca tenemos necesidad de ti,
Sé que lo sabes, que cada vez que paso por esta plaza, no puedo dejar de acordarme tantos años vividos, entorno a esta plaza y entorno a Ti, y aunque tus puertas estén cerradas, yo siempre te saludo y te rezo.
Muchas gracias, Madre