Reflexión mariana

Juan M. Toro Guillén
Hermano Mayor de la Hermandad del Museo
14 de mayo de 2022

Nuestra Señora de las Penas es, por antonomasia, el Fiat (hágase) al plan salvador de Dios; el sí “sin peros”, el sí incondicional, el sí rotundo, sin ambages, la generosidad personificada, la entrega total, el antes está Dios (y los demás) que Ella.

Besamanos 2010

Besamanos de Ntra. Sra. de las Penas en 2010

Por eso, tenemos que mirarnos y fijarnos siempre en Ella, contemplando su bendito rostro humano y hermoso de Madre. Tomarla como ejemplo, para que en medio de nuestras mediocridades, también nosotros pronunciemos un fiat lleno de amor a Dios, en el quehacer cotidiano, en las pequeñas y grandes cosas.

De ahí que en esta sociedad tan consumista, a Ella lo que le agradaría es que consumiéramos mucho, sí,… pero en amor, servicio y alegría para con los demás, traducido en generosidad, escucha, convivencia y entrega desinteresada.

Y es lo que ha conseguido tantas veces entre sus hijos de la Hermandad de Santa Marta. Muy especialmente en esta tragedia que están viviendo nuestro hermanos en Ucrania. Ella ha intercedido ante su Hijo, el Cristo de la Caridad, para que, acogiendo vuestro lema Charitas Christi Urget Nos, os de la fortaleza necesaria para dar lo mejor de vosotros mismos y llevéis a la práctica esa máxima expresión de amor al prójimo que estáis realizando con el traslado y acogimiento de ucranios. Es transmitir esperanza a personas desoladas. Y se me antoja que Ella tareará con vosotros y los ucranios la canción “Color Esperanza” de Diego Torres; esa invitación al optimismo en tiempos duros y que cantó ante San Juan Pablo II en 2003 en el Aeródromo de Cuatro Vientos de Madrid ante cientos de miles de jóvenes. Y que parafraseo:

Saber que se puede, querer que se pueda
Quitarse los miedos, sacarlos afuera
Pintarse la cara, color esperanza
Tentar al futuro, con el corazón

Tenemos que aferrarnos a un horizonte de esperanza. Confiemos en la intercesión de la Virgen, que es Madre, y ello significa vida, amor auténtico y desinteresado, comprensión, felicidad, alegría, paz, sacrificio por los hijos. Mirad que curiosidad: a la Virgen no se le cita en los Evangelios cuando Jesus realizaba milagros (salvo Canná), ni cuando las muchedumbres admiradas seguían al Maestro, ni en la aclamación en la entrada triunfal en Jerusalén. En cambio, sí está muy presente en los Textos Sagrados en todos los momentos difíciles, a lo largo de la vida de Jesús. Ahí está la esencia de una madre, de estar siempre cerca de sus hijos, pero sobre todo cuando éstos la necesitan, en las situaciones complicadas. Momentos en las que una madre no sabe qué hacer, o sencillamente no puede hacer nada; pero siempre es posible “estar” (“stabat Mater”), como Nuestra Señora de las Penas, al pie de la cruz, en el Traslado al Sepulcro de su Hijo o engendrando fuertes vínculos de seguridad y familiaridad en medio del pequeño, asustadizo y débil grupo de discípulos tras la Resurrección. De hecho, es un rasgo intrínseco de todas las madres: siempre “están” al lado de sus hijos. Es un simple y mudo gesto que reconforta y sosiega a un hijo. Esa silenciosa, pero importante presencia de Nuestra Señora de las Penas, lo fue todo para su Hijo.

Tenemos que aferrarnos a un horizonte de esperanza. Confiemos en la intercesión de la Virgen, que es Madre, y ello significa vida, amor auténtico y desinteresado, comprensión, felicidad, alegría, paz, sacrificio por los hijos.

juan toro guillen 1

D. Juan Toro Guillén.
Hermano Mayor de la Hermandad del Museo.

Dejemos que la Virgen nos acompañe en todos los momentos de nuestra vida y que se haga realidad una de las peticiones de la oración de la Misión Evangelizadora dedicada a Maria Santísima de las Aguas de mi Hermandad del Museo en la efémerides de su 250 aniversario que se cumple en este año 2022:

“Que nos acerquemos a ti, Madre que quitas la sed con la fuente del Agua viva que es Jesucristo.”

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