Hace setenta y cinco años que soy hermana de esta Hermandad. Tuve la dicha que mi padre, Carlos Raynaud Ricca, fue fundador y primer Hermano Mayor. De mis padres nos vino esta gran devoción a la Virgen y a la Hermandad, que ha ido pasando de padres a hijos, nietos y biznietos los cuales este año se estrenaron como monaguillos, ¡ya quinta generación!
Para mí uno de los días más felices de mi vida fue cuando me dijeron si quería ser camarera de Nuestra Señora de las Penas. Al principio me vino la duda si yo sería digna de ese cargo, pero luego pensé que cuando podría estar más cerca de Ella. Con cuanta ilusión arreglaba su ropa interior, cuantas oraciones junto a Ella. Durante esos años mi devoción a Nuestra Señora fue creciendo más y más; ¡gracias a las personas de la Junta de Gobierno de aquellos años que me dieron ese privilegio de ser camarera, que mejor premio se puede dar a una mujer sevillana que ser camarera de su Virgen!
Entramos en el mes de mayo dedicado a la Santísima Virgen. Yo pediría a los hermanos y hermanas de la hermandad que tuviéramos el detalle de mandarle una flor, a esa Madre que siempre nos espera. Rezar una oración, el Santo Rosario, ofreciendo cada Avemaría por tantas cosas como hay que pedir; que finalicen las guerras, por el Santo Padre, por tantas injusticias que se cometen cada día, por los niños que no nacen a causa de los abortos provocados, por nuestras intenciones particulares, por nuestra hermandad para que siga siendo ejemplo de Caridad.
Coronas de Rosarios que te podamos ofrecer y pensar que a Jesús siempre se va y se vuelve por María.
N.ª H.ª D.ª Mª del Carmen Raynaud Soto
Hermana Nº 1