Corazón de Madre tiene la Virgen contigo

José Manuel Martínez Santana, Pbro.
30 de mayo de 2021

PETICIÓN: “Pedir la gracia a Dios nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones se ordenen puramente a su servicio y alabanza de su divina majestad con ello salvar mi alma”.

Han sido unos días de Dios. Principio y fundamento de nuestra vida. Ante la pregunta: ¿Quién es Dios para mí? ¿Quién soy yo para Dios? ¿Me conozco como Dios me conoce?. Mi vida personal, mi relación con Dios, mi relación con los demás, con la Iglesia y con el mundo. Y bajando me pregunto: mi relación con mi parroquia, con mi hermandad, mi familia, mis amigos, es ahí donde nos jugamos nuestra credibilidad como cristianos y nuestro testimonio.

Para todo eso, nadie da lo que no ha recibido, “somos vasijas en manos del alfarero”, moldeados por Dios y llenos de su Espíritu Santo hemos sido  pensados, moldeados, mirados, buscados, esperados. Ahora os dejo una reflexión sobre María, la Virgen Madre de Dios. Desde y con San Juan de Ávila, doctor de la iglesia y apóstol de Andalucía, en cuyo año nos encontramos, podemos decir:

La maternidad de María abarca propiamente toda su vida y descifra la interioridad de su Corazón. Al estar asociada a Cristo Redentor, quedó «herida con su amor, que era ley de su Corazón» (Sermón 70, n.21). Y así se explica su amor de totalidad; vivió plenamente libre para amar: «Libre, vacío de todas las cosas de la tierra y verdaderamente pobre estaba el Corazón de la Virgen, por darse desembarazada al que de verdad lo merece poseer» (Sermón 71, n.9). Sólo el amor puede explicar la realidad de gracia que Dios puso en María: «Quien cavare más en el Corazón de la Virgen, hallará en lo más dentro de él una mar abundantísima de gracia y amor, de la cual salían las virtudes así como ríos» (Sermón 69, n.16).

Sólo el amor puede explicar la realidad de gracia que Dios puso en María

Este dolor, que queda enmarcado en los designios de Dios sobre la Encarnación y la pasión dolorosa de su Hijo, explica el amor de María a modo de ternura materna. Ella nos ama con el mismo amor que Dios ha infundido en su Corazón: «Como fue allí derramado el Espíritu Santo abundantemente en su corazón y entrañas, ámanos en gran manera, ámanos entrañablemente… como a hijos adoptivos nos tiene» (Sermón 32, n.3). Por esto, «mucha es la ternura de su Corazón maternal para con nosotros» (Sermón 68, n.17). Como buena madre, qua ha sufrido tanto, nos muestra «muy amoroso y maternal Corazón» (Sermón 69, n.39). La invitación es para cada uno: «Corazón de Madre tiene la Virgen contigo» (Sermón 71, n.29).

Así se explica por qué su “virginal Corazón”, por el hecho de haber sido «lastimado» en la pasión (Sermón 67, n.20), es «el Corazón más tierno del mundo» (Sermón 67, n.33). Todos los momentos de la pasión fueron como «una lanzada que atravesaba el Corazón de la Virgen» (Sermón 67, n.19).

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José Manuel Martínez Santana, Pbro.

La unión de María con Cristo durante toda su vida y especialmente durante la pasión, se ha comparado con la fe de Abraham, dispuesto a inmolar su hijo. El amor que Dios espera de María es una entrega mayor, porque su vida pertenece totalmente a la de Cristo Redentor: «¿A quién te compararé?». A Abraham mandóle Dios que subiese al monte y sacrificase a su hijo, pero después contentóse Dios con sola su obediencia de corazón… mas con la Virgen nuestra Señora no fue así. Al monte Calvario subió con su hijo; mas no le trajo a la vuelta consigo, que allá le dejó» (Sermón 67, n.14).

Doy gracias a Dios por haberme concedido la gracia de encontrarme un con grupo de hermanos de santa Marta dispuestos a dejarse moldear por el Dios alfarero como lo hizo con la Santisima Virgen María. Invito a todos los hermanos, que en sucesivos encuentros  participéis de este momento de Dios como lo hemos hecho este año.

Queridos hermanos de Santa Marta : «No el mucho saber harta y satisface, sino en sentir y gustar de las cosas de Dios».

José Manuel Martínez Santana, Pbro.
Párroco del Cristo del Perdón de Sevilla

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