De lo más profundo de su corazón brota su canto de alabanza. “Proclama mi alma la grandeza del Señor. Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha puesto sus ojos en la humildad de su esclava”.
En el Antiguo Testamento, la expresión “pone los ojos”, indica el amor activo de Dios hacia alguno de sus hijos, elegido para una misión especial. A María, Dios la elige para confiarle una misión increíble: convertirse en Madre del Mesías Salvador. También nosotros somo en cierto modo “mirados” por Dios, porque El también tiene pensado para cada uno , una magnífica historia, que podremos realizar si nos parecemos a María, si nos preocupamos por conocer la voluntad de Dios, para decirle como Ella, en cada momento: “Señor, yo quiero lo que Tu quieras”. María fue la más fiel, porque mantuvo siempre una “disponibilidad absoluta” al Señor. (Se llama a sí misma “esclava”).
“Señor, yo quiero lo que Tu quieras”. María fue la más fiel, porque mantuvo siempre una “disponibilidad absoluta” al Señor.
“Ha puesto los ojos en la humildad de su esclava”. “Humildad” que significa pequeñez, anulación, contar poco. Es la realidad preferida por Dios para bendecir a sus hijos. Ella reconoce que la llamarán “bienaventurada”, pero no por sus méritos, sino porque la miró de manera especial, y la llenó de todo su amor. Su nombre será siempre “la llena de gracia”, como la llamó Gabriel.
Ángel Vinagre Pallero, Pbro.
San Pablo lo explica cuando dice: “Dios ha elegido la que en el mundo es débil para confundir a los fuertes” (1 Cor. 1, 27) y María le confirmó con sus palabras : “El Señor dispersa a los soberbios de corazón; derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos”.
El Señor prefiere a los humildes. ¿De dónde ha sacado a sus apóstoles? ¿De dónde a un cura de Ars, a un Martín de Porres, a una Bernardette, a los niños de Fátima, a una Teresa de Calcuta?. Dios quiere manifestarse a través de los pequeños, para que no haya duda de que su obra es claramente suya, no de los hombres. Porque El no hace chapuzas, El siempre hace maravillas.
Ángel Vinagre Pallero Pbro.
Sacerdote misionero jubilado de la Diócesis de Badajoz