El Quinario de 2021 pasará a la historia por la situación sanitaria que estamos viviendo y que ha condicionado el desarrollo del mismo. El domingo 21 de febrero, día de la Función Principal de Instituto, nuestro Hermano Mayor D. Antonio Távora se dirigió a todos los hermanos al finalizar este culto tan querido y especial para la Hermandad. Reproducimos a continuación sus palabras cargadas de emoción, cariño y afecto hacia todos los hermanos, fieles y devotos de nuestra corporación.
Queridos hermanos:
Hoy, día grande por excelencia en la vida de nuestra Hermandad me dirijo a vosotros desde el presbiterio de San Andrés, y no solo a los que estáis aquí presentes, sino los que están en casa y nos ven en las pantallas de sus dispositivos. Me encantaría hacerlo en nuestra anual comida de hermandad o en la tarde del Lunes Santo, pero hay algo que lo impide. Lo impide una plaga que, además, nos incordia la salud y otros muchos aspectos de nuestras vidas.
Escribía en el boletín de esta cuaresma la editorial que titulaba: "Crucemos este desierto", en ella decía:
Le pido al Santísimo Cristo de la Caridad que nos proteja a todos, que nos cuidemos y que en ese cuidado propio incluyamos el cuidar a los demás, que nos deje sobrevivir si es su voluntad hasta que pase este periodo de malas tinieblas.
Habla Dios, a través del maravilloso libro del Éxodo en el Antiguo Testamento de la opresión de pueblo judío por parte del faraón, las plagas, la liberación, el camino del desierto, las tablas de la ley, el alejamiento de Dios y la Tierra Prometida…, escenarios muy similares a los que nos encontramos en estos momentos. Una pandemia en forma de plaga que ha destruido nuestra forma habitual de vida, comenzando por lo más importante: la carencia de salud; también los trabajos, la economía, y, a un nivel muy concreto, la vida de nuestra Hermandad, cambiada, anulada en muchos momentos.
Pero aquí estamos y hoy es un día para dar gracias a Dios por esta Función Principal de Instituto, donde la Palabra de Dios nos anima a convertirnos y a creer en el Evangelio. La sagrada escritura que esta Hermandad tiene siempre en todo momento como única forma de vida y como el ejemplo más absoluto comunión con Dios Padre, con Jesús, con su Madre María en su advocación de las Penas, como acabamos de proclamar públicamente en nuestra fe hace unos minutos.
Demos gracias a Dios, por todo, porque a pesar de la plaga, nuestra hermandad hoy la preside su director espiritual D. Jesus, gran consejero de este hermano mayor, un lujo para nuestra hermandad por su cercanía y las facilidades que nos presta, no solo en cada martes culto a culto, sino en decisiones importantes avaladas por su persona. Acompañado con el siempre discreto servidor de esta corporación D. Fernando Báñez. Fernando está siempre que lo necesitamos, con su espíritu salesiano nos cuida y nos mima como si de Don Bosco se tratara con sus jóvenes (aquí menos jóvenes) a su alrededor. Mi recuerdo a D. Manuel Campillo, a don Luis Fernando Álvarez, a D. Antonio Vergara y a D. Fernando Rojo de Guadalajara, nuestros curas habituales siempre pendientes de nosotros que hoy no nos pueden acompañar. Igualmente, para nuestros vicarios, D. Manuel Jesús, D Alfonso y al sacristán Paco, que con su ayuda nos facilita nuestros quehaceres en nuestra Parroquia.
Y finalizando este singular quinario donde cinco curas, uno cada día, nos han acompañado con doctas y maestras palabras que nos han acercado al misterio de Dios, de su amor y de su caridad fundamentalmente. Nuestro agradecimiento a D. Antero, D. Fernando, D. Adrián. D. Francisco y D. Adrián muchísimas gracias a todos.
Quiero dirigirme a los hermanos que hoy hubieran cumplido 50 años, a los que felicito desde aquí y les emplazo para el próximo 17 de octubre, Función de Santa Marta, donde confiando en que todo esto haya pasado, puedan recibir en circunstancias normales su merecida distinción por tantos años de fidelidad. Un abrazo para todos.
Y también nuestro recuerdo para los hermanos que viven fuera de Sevilla, y como no a los que ya con edad avanzada se les echa en falta en una mañana como hoy, algunos que ya han partido hacia la casa del Padre en este año y otros con menos fuerza de la habitual y una precaución extremada por lo que acontece que les hace ser prudentes en sus contactos con el exterior, desde aquí nuestro respeto y nuestro abrazo para todos ellos.
Lo mismo, que a los hermanos que han rezado en estos días el Santo Rosario, a los que han leído el ejercicio del quinario y la oración de rogativas por el fin de la pandemia del papa Francisco, a los lectores, a los jóvenes acólitos y monaguillos, a los jóvenes que hicieron la colecta y a todos los asistentes en general que ha tenido que esperar en muchos casos cada día debido a la limitación de aforo y gracias también a los que transmitieron los cultos por las redes y a los hermanos fieles y devotos que nos han seguido espiritualmente.
Perdón os pido a los que no habéis podido venir por tener el aforo limitado, a los que algún día os quedasteis a las puertas de la iglesia sin poder entrar, os hemos sentido aquí dentro siempre, aunque no estuvierais.
Hemos intentado en esta Junta de Gobierno celebrar un quinario normal en una época anormal, el resto ha sido cosa de Dios quien ha puesto su mano sobre nosotros como viene haciendo desde que empezó la pandemia.
Estamos preparados para ser, una vez más, la Hermandad de Santa Marta
Nosotros, en nuestra hermandad, estamos preparados: Cerrad los ojos por un momento, el paso está precioso, y es verdad que está preparado, solo hay que hacer la mudá desde el almacén, la imágenes secundarias están listas, los hermanos estoy seguro que todos estamos preparados, tenemos las túnicas a mano, el incienso y el carbón ya están en las bolsas, nuestro capataz seguro que tiene calzada a su cuadrilla, los acólitos saben los movimientos a la perfección, los monaguillos con sus túnicas planchadas están listos para que sean traídos a la parroquia, los secretarios están preparados para emitir las papeletas de sitio, y los mayordomos pendientes de todos los enseres para que no falte ni gloria, y el diputado mayor de gobierno ya tiene las plantillas de la nómina, solo falta poner los nombres de los hermanos nazarenos. Estoy seguro qué hasta D. Jesús está deseando, con su hermoso hábito de canónigo, darnos la bienvenida en la Santa Iglesia Catedral.
Estamos preparados para cuando esto pase, preparados para ser una vez más la Hermandad de Santa Marta, como hoy, que fieles a nuestro gran día estamos aquí celebrando nuestra función principal de instituto.
Mientras tanto tengamos calma, serenidad y fortaleza y recemos juntos al Santísimo Cristo de la Caridad recitando el Salmo 39 que dice "Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad".
Que Dios os bendiga hermanos.
Antonio Távora Álcalde
Hermano Mayor