Con el título “Después de la JMJ ¿qué?”, el pasado viernes 25 de noviembre, se desarrolló en nuestra Casa-Hermandad la primera de las sesiones del Ciclo “Cristianismo y Sociedad” para este curso 2011-2012.

Nuestro Hermano Mayor fue quien tras la bienvenida, daba apertura a este acto en el contexto del Ciclo del que forma parte. Con la proyección de un video resumen de la JMJ de Madrid, N.H.D. Javier Márquez, moderador de la mesa, hacía la introducción al tema y la presentación de los intervinientes.

El sacerdote D. Álvaro Pereira, Delegado de Pastoral Universitaria, los cofrades D. Antonio Barrau y D. Juan Gutiérrez, y N.H.Dª Marina Herranz, Diputada de Juventud, en un clima de diálogo y cercanía, compartieron con todos los asistentes la experiencia vivida durante las jornadas, la preparación previa y los DED. Ante todo se nos presentaban como jóvenes, que compartían con nosotros su fe, y en definitiva nos ofrecían el testimonio de “la alegría y la esperanza”, con las que los miles de jóvenes que durante aquellos días llenaban Madrid, nos contagiaban.

Hemos pretendido con esta mesa redonda poder profundizar en lo que esta experiencia ha supuesto para la Iglesia, un acontecimiento desbordante, en el que hemos podido palpar una Iglesia "viva y joven", y entender lo que significan la catolicidad, la unidad y la universalidad de la Iglesia. ¡Cuántos jóvenes de distintas nacionalidades, culturas y lenguas, llegaban a Madrid procedentes de todos los rincones del mundo, con unas mismas motivaciones e inquietudes, compartiendo la misma fe en Jesucristo el Señor!

Hemos pretendido dar pistas, para seguir dando pasos, para que la semilla de la JMJ siga fructificando. ¿Qué hacer desde la Iglesia de Sevilla, desde las Hermandades, desde nuestra Hermandad para seguir caminando? Es el reto al que tenemos que responder con seriedad, y ser capaces de aprovechar la experiencia y las "puertas" que se nos han abierto. Hacer de la JMJ un inicio de acompañamiento en la Fe con los jóvenes.

De esta experiencia hemos aprendido la importancia de trabajar juntos, la necesidad de hacer la propuesta de la fe desde la experiencia, hemos perdido el miedo a la exigencia a los jóvenes, capaces de dar una respuesta valiente y seria.

Es tiempo, ahora, de articular itinerarios de formación, favorecer experiencias de encuentro con Dios, acompañar a los jóvenes para que caminen tomando opciones en sus vidas desde un serio ejercicio del discernimiento, ser comunidades de referencia en las que compartir y celebrar la fe, son las líneas en las que tenemos que seguir avanzando.

El acto terminaba con el agradecimiento a todos los asistentes y en especial a los participantes en la mesa, a los que se hizo entrega, como recuerdo, de un cuadro de nuestro Cristo de la Caridad. Y luego, con el posterior con ágape fraterno, ambientado con la proyección de las fotografías de nuestros jóvenes, intercambiábamos impresiones, reflexiones, recuerdos de aquellas jornadas memorables.