Familia, educación y Hermandad

9 de enero de 2016

El año 2016 se abrió en la Hermandad de Santa Marta con una nueva sesión de nuestro ciclo “Cristianismo y Sociedad” celebrada el viernes 8 de enero. En esta ocasión la temática giraba sobre la familia, la educación de los hijos y el entronque de todo ello en la Hermandad, de la mano de D. Agustín García Rodero, miembro de la Junta de Gobierno de la Hermandad del Amor y secretario del centro San Pablo CEU de Sevilla, quien supo sacarle un notable realce a su contenido, por medio de sus atinadas reflexiones y la claridad de su exposición, que nos interrogaron sobre estas importantes cuestiones de nuestra sociedad, de nuestra Iglesia y de nuestra Hermandad.

La ponencia estuvo divida en tres partes, analizando en la primera las cuestiones fundamentales que afectan a la familia que están en crisis por los cambios sociales y económicos y los fuertes influjos que la debilitan como célula básica de la sociedad, y anterior al Estado; y cómo el papel de los padres frente a los hijos ha quedado bastante difuminado en nuestra época. Destacó aquí un cita de Chesterton: “hay padres tan preocupados por dar a sus hijos lo que ellos no tuvieron que se olvidan de darles lo que si tuvieron”.

La situación de la educación de los jóvenes abarcó la segunda parte, resaltando el ponente la cantidad de leyes educativas sucesivas que se han promulgado en nuestro país –hasta ocho en los últimos cuarenta años–, que dificultan la consolidación de un sistema educativo consistente y de calidad; los frutos de esta precariedad educativa están en el fondo de muchos fracasos de nuestra sociedad. Señaló unas pautas pautas de actuación en este terreno de la educación de los hijos y de los jóvenes, señalando hasta trece medidas en las que trabajar desde distintos ámbitos y haciendo hincapié en dos pilares fundamentales: «exigencia» y «motivación», apostillando una cita del cardenal D. Carlos Amigo, “si a los jóvenes se les pide poco no dan nada, si a los jóvenes se les pide mucho, dan mucho más”.

La última parte la dedicó Agustín García a la cuestión de la transmisión de la Fe tanto en la familia, como en la escuela y en la Hermandad, siendo estos lugares idóneos para esta transmisión  a pesar de las dificultades que nos encontramos hoy día en todos estos ámbitos, describiendo la situación como de ¡emergencia! Aquí habló de la responsabilidad y alcance o posibilidades de cada uno de los agentes de Pastoral: familia, parroquia, clases de religión, escuela-universidad y haciendo especial hincapié en la Hermandad como nuestra comunidad más cercana. Destacó el relanzar conceptos como los de fidelidad, mesura, reflexión y discernimiento, reconciliación, así como la necesidad de replantear todos los debates, dando importancia a lo esencial y relegando lo secundario, para que nuestras corporaciones sean un ámbito de educación en valores, y las personas que ocupan los cargos sean referentes para los hermanos. Por último lanzó un reto: abandonar nuestra zona de confort para ir un poco más allá de donde estamos actualmente.

Terminó con una palabra de aliento a las Hermandades como sedes de vida cristiana en comunidad, aun siendo “de frontera” y como lugar de acogida y encuentro intergeneracional y de transmisión de valores, de cultura y de conocimientos que pronto no se adquirirán en otros lugares.

Por último, dejamos anotado una frase de cardenal Herrera Oria que repitió en varios momentos de su intervención, a modo de “leiv motiv” de la misma, y que bien puede ser un resumen de su contenido: “Para hacer cosas relevantes se necesita más que discurrir maravillosamente sacrificarse maravillosamente y eso no se consigue con el entendimiento sino con el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio y la tenacidad”.

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