Nos ha dejado no solo un gran pontífice del siglo XX sino un destacado intelectual y escritor católico, cuyo amplio legado de enseñanzas proporcionará luz y guía a los cristianos del siglo XXI.
Josep Ratzinguer nació 1927 en Marktl, pequeña localidad del estado alemán de Baviera, y tras aceptar la llamada al sacerdocio desarrolló su intenso camino en el ámbito de los estudios y la docencia de filosofía y teología de alto nivel en universidades de Alemania y Suiza.
Sin embargo, en 1977 fue llamado por Pablo VI a retirarse del mundo intelectual para servir a la Iglesia como arzobispo de Munich y Frisinga, y ese mismo año fue creado cardenal. Como pastor de su diócesis de origen estuvo cuatro años hasta que en 1981 Juan Pablo II le nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cargo que desempeñó durante más de veinte años en Roma. Al fallecimiento de Juan Pablo II, fue elegido su sucesor el 19 de abril de 2005 como sumo pontífice de la Iglesia católica, tomando el nombre de Benedicto XVI.
Encíclicas y libros
El mismo año de inicio de su pontificado escribió su primera encíclica “Deus charitas est” (Dios es amor), dedicada al amor y a la caridad cristiana. A esta le seguirían otras dos: “Spe Salvi” (En esperanza fuimos salvados) en 2007 sobre la virtud teologal de la esperanza cristiana, y “Caritas in Veritate” (La caridad en la verdad) en 2009 sobre la doctrina social de la Iglesia y los graves problemas del mundo de hoy. Estos tres escritos fundamentales suyos son de una profundidad y un peso intelectual enorme y quedan como el mejor testimonio de su magisterio pontificio, al que se puede unir, entre otros muchos, la exhortación “Sacramentum Caritatis” (El sacramento de la caridad) en 2007 sobre la Eucaristía, fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia, un admirable compendio sobre la esencia, la celebración y las implicaciones sociales del principal de los sacramentos, el del Cuerpo y Sangre de Jesucristo.
Pronunció innumerables homilías y discursos sobre todos los aspectos de realidad cristiana, así como publicó numerosas obras de una amplía temática teológica. Entre ellas destacan su fundamental “Introducción al cristianismo” (1969), el trascendental análisis, muy impactante en su momento, “Informe sobre la fe” (1985), un clarividente análisis de la situación de la Iglesia al final del siglo XX, “Un canto nuevo para el señor: la fe en Jesucristo y la liturgia hoy” (1999), “El espíritu de la liturgia” (2001) o la trilogía final sobre “Jesús de Nazaret”, publicada entre 2007 y 2012.
Años de San Pablo, Sacerdotal y de la Fe
Durante su pontificado promovió distintas celebraciones extraordinarias para toda la Iglesia, como fue un “Año paulino” durante 2008-2009 con motivo del bimilenario del nacimiento de San Pablo, para volver a descubrir la gran figura del apóstol y profundizar en sus enseñanzas. En 2009-2010, en conmemoración del CL aniversario de San Juan María Vianney, santo cura de Ars, convocó un Año Sacerdotal para contribuir a promover la renovación interior de los sacerdotes. Y en 2012-2013 convocó un Año de la Fe para conmemorar el 50 aniversario de la apertura Concilio Vaticano II además de recordar el convocado por el Papa Pablo VI en 1967-68. Estos acontecimientos suscitaron numerosas iniciativas e importantes celebraciones en las distintas Iglesias particulares y comunidades de todo el mundo.
Viajes a España
Benedicto XVI visitó España en tres ocasiones: en 2006 para presidir la clausura en Valencia del Encuentro Mundial de las Familias, en 2010 para consagrar la basílica de la Sagrada Familia en Barcelona y celebrar el Año Santo Jacobeo en Santiago de Compostela, y en 2011 con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, destacado acontecimiento celebrado en Madrid en agosto de dicho año.
Su renuncia al papado, expresada libre y voluntariamente ante el colegio cardenalicio el 11 de febrero de 2013 y formalizada el día 28 siguiente, hecho desconocido en los últimos siglos de la Iglesia y que provocó cierta sorpresa y desconcierto en los fieles, le convirtió en papa emérito, retirándose a una vida de oración y estudio en el Vaticano.
A las hermandades y cofradías
En un encuentro mantenido en 2007 con las hermandades y cofradías de Italia, Benedicto XVI las definió como “escuelas de vida cristiana y talleres de santidad”, invitándolas a ser testimonios de la vida cristiana “para llevar el anuncio del Evangelio de la caridad a todos, recorriendo caminos antiguos y nuevos”, y animándolas a “seguir difundiendo el mensaje de la salvación en medio del pueblo, actuando en las múltiples fronteras de la nueva evangelización”.
Como prueba del afecto por estas instituciones, en otro momento afirmó: “os animo a multiplicar las iniciativas y actividades de cada una de vuestras cofradías. Os pido sobre todo que cuidéis vuestra formación espiritual y tendáis a la santidad, siguiendo los ejemplos de auténtica perfección cristiana, que no faltan en la historia de vuestras cofradías”.
Descanse en paz este “humilde trabajador de la viña del Señor”, como él mismo se definió.