En vísperas de la festividad del Corpus Christi vamos a comentar dos pinturas muy destacadas por su valor artístico y su finalidad de uso que representan al principal titular de la Hermandad Sacramental, el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, mostrándolo expuesto en la custodia.
Lámina del libro de reglas de 1787
Entre los bienes de la Hermandad Sacramental de San Andrés sobresale el libro que contiene las reglas aprobadas el año 1787 por el Real Consejo de Castilla. Se trata de un bello tomo encuadernado en terciopelo rojo con apliques de plata que contiene el manuscrito original de dicha regla escrito a mano sobre pergamino. Esta pieza fue cuidadosamente restaurada de manera integral en 2016 por Encuadernaciones Alés.
Sobre el mismo el profesor Francisco Manuel Delgado Aboza en su obra “La Hermandad Sacramental de la parroquia de San Andrés” (2015) señala que “afortunadamente, todavía hoy conservamos el manuscrito original de la regla de 1787, bellamente protegido por una encuadernación de tapa dura cubierta con terciopelo rojo, adornándose con sendos apliques centrales y ocho cantoneras, todo ello en plata. La ausencia de rocalla alimenta la hipótesis de que sean anteriores a la fecha de estas constituciones, lo que parece confirmarse gracias a un inventario de 1730, en el que se recoge “la regla de la Hermandad con su forro de fondo carmesí, y registros de plata y cantoneras”.
Al principio del volumen destacan las dos artísticas láminas, de autoría anónima, con el Santísimo Sacramento y la Inmaculada Concepción. Refiriéndose a la primera de ellas, Delgado Aboza afirma que “encontramos un rico ostensorio eucarístico custodiado por dos ángeles, sobre una peana de nubes con tres cabezas aladas de querubines y con un típico fondo de nubes, completado con más cabezas aladas en las esquinas superiores. En su parte inferior se observa una gran cartela con la cruz de San Andrés sobre un fondo azul”.
Símbolos eucarísticos
Esta pintura queda enmarcada por una orla rectangular en la que se inscriben diez pequeñas cartelas con símbolos y alegorías eucarísticas. En la parte superior aparecen un sol, símbolo de la divinidad, el pelícano amamantando a sus crías con su sangre, alegoría del sacrificio de la Sangre de Cristo, y un racimo de uvas, que alude al vino del banquete eucarístico.
En la parte central, en la izquierda figuran el Arca de la Alianza judía, que recuerda al sagrario donde se reserva la Eucaristía, y una gavilla de espigas, en alusión a la materia del pan que se consagra. Y en el lado derecho, tres panes, en clara referencia al alimento que constituye este sacramento, y el maná -semillas o pequeños copos de color blanco que cayeron del cielo a los israelitas y le sirvieron de comida durante su travesía por el desierto- que desciende sobre una cesta, y que Jesús refirió como una prefiguración del Pan de Vida que es él mismo (Jn 6, 23-65)./
En la franja inferior vemos un cordero, Cristo es el cordero pascual inmolado, una escalera, que representa la conexión entre el cielo y la tierra que alcanzamos por medio de la Eucaristía, y por último un león, símbolo bíblico de la fuerza, el poder y la protección divina, dones que nos proporciona este admirable sacramento.
Posible obra anterior a 1787
El pleno barroquismo de la airosa custodia y la bella cartela inferior, el estilo murillesco que presentan las cabezas de los ángeles sobre el celaje, la rica simbología y los motivos florales que adornan la orla exterior y el atractivo colorido que presenta, en el que predominan los grises, rojos y azulados, sugieren, como ha afirmado algún especialista al contemplarla, que esta pequeña pintura pueda ser anterior a las reglas que acompañan, y quizás proceder de la regla anterior del año 1684.
Sin duda estamos ante una de las obras de mayor valor artístico e histórico de nuestra Hermandad Sacramental, que continúa en uso en nuestros días como testimonio de la devoción y culto al Santísimo Sacramento en la feligresía de San Andrés apóstol de Sevilla.