La Hermandad Sacramental de San Andrés profesó desde antiguo gran devoción al misterio de la Inmaculada Concepción, habiendo efectuado el Voto de Sangre el año de 1653, y celebrando desde entonces solemne función anual en la octava de su festividad. En 1955, tras la proclamación del dogma de la Inmaculada, ésta pasó a ser titular de la corporación, lo que se mantuvo tras la fusión en 1982 con la Hermandad de Santa Marta. Del patrimonio de esta hermandad se conservan dos valiosas obras pictóricas de temática concepcionista que comentamos a continuación.
Lámina del libro de reglas de 1787
Entre los bienes de la Hermandad Sacramental de San Andrés sobresale el libro que contiene las reglas aprobadas el año 1787 por el Real Consejo de Castilla. Se trata de un bello tomo encuadernado en terciopelo rojo con apliques de plata que contiene el manuscrito original de dicha regla escrito a mano sobre pergamino.
En este libro destacan las dos artísticas láminas, de autor anónimo, con el Santísimo Sacramento y la Inmaculada Concepción. Refiriéndose a esta última, el profesor Francisco Manuel Delgado Aboza en su obra “La Hermandad Sacramental de la parroquia de San Andrés” (año 2015) señala: “La escena nos muestra a la Inmaculada Concepción, en su tradicional versión apocalíptica, vestida con túnica blanca y manto azul en el anverso y rosa en el reverso. Aparece con un fondo de nubes, y a sus pies vemos dos cabezas aladas y la luna con las puntas hacia abajo. Ambas escenas se presentan enmarcadas con orlas con idéntica decoración, compuesta a base de hojarascas de bellos colores, cada una exhibe diez pequeñas cartelas con motivos eucarísticos en la primera y marianos en la segunda”.
Entre los motivos que decoran la orla que enmarca a Inmaculada encontramos una palma, un espejo, un pozo, una rosa, un lirio, una fuente, una torre, y una nave, símbolos tomados del libro del Cantar de los Cantares relacionados con el misterio concepcionista. Este libro de reglas fue cuidadosamente restaurado en 2016 por Encuadernaciones Alés.
Lienzo de la Inmaculada Concepción
La sala capitular de la Hermandad Sacramental anexa a la capilla del sagrario estaba presidida por dos pinturas con las principales devociones de dicha hermandad: el Triunfo de la Eucaristía y la Virgen Inmaculada.
Según el profesor Delgado Aboza en la obra referida, la pintura de la Inmaculada “no es más que una discreta reproducción –aunque no llega a ser una copia exacta– de un óleo sobre cobre de Bartolomé Esteban Murillo, adquirido por el Estado en el 2013 y conservado en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Su anónimo autor sería algunos de los muchos artistas de la Sevilla del siglo XIX dedicados a copiar los originales de Murillo, que se vendían como “sucedáneos”. Siguiendo la iconografía tradicional de Murillo en esta temática mariana, se representa a la Virgen muy joven, casi como una niña, vestida con túnica blanca y manto azul, con la media luna con las puntas hacia arriba, rodeada de querubines y ángeles, estos últimos sostienen algunos de los más destacados atributos marianos, encontrando azucenas, rosas, el espejo y una palma. Curiosamente, no aparece el angelito con una rama de olivo que sí vemos en la obra de Murillo”.
Tras la fusión con la Hermandad de Santa Marta, estas pinturas pasaron a la sala capitular de la casa-hermandad inaugurada en 1996. Debido a su avanzado estado de deterioro, fueron restauradas el año 2014 por el conservador de obras de arte Pedro Manzano para figurar en la exposición “Charitas Christi urget nos”, celebrada en el Círculo Mercantil con motivo de los actos del V centenario de la Hermandad Sacramental de San Andrés.
Ambias pinturas de la Inmaculada Concepción son de las piezas más destacadas del patrimonio de la Hermandad Sacramental así como testimonio de su fervor concepcionista desde siglos pasados.