Dos Papas, una época crucial de la Iglesia

21 de noviembre de 2010

En la fiesta de Santa Ángela de la Cruz comenzaba un año más nuestro ciclo formativo “Cristianismo y Sociedad”, que, al igual que todas las actividades de Formación programadas para este curso, girará en torno a “La Iglesia”, como “casa común” de todos los creyentes en Cristo.

Hacía  veintiocho años un Papa de la Iglesia Católica, Juan Pablo II, pisaba por primera vez el suelo de Sevilla. Al día siguiente de esta conferencia, su sucesor en la sede de Pedro, Su Santidad Benedicto XVI, llegaba de nuevo a tierra española. Entre ambas visitas, casi treinta años, toda una época crucial para la vida de la Iglesia que nos describió de forma profunda y documentada el Padre D. Isaac García Guerrero, sacerdote de la Congregación de los Sagrados Corazones, que actualmente es Delegado Diocesano de Medios de Comunicación de la Archidiócesis de Sevilla, y dirige desde 2004 el programa religioso semanal de Canal Sur 2 “Testigos Hoy”.

Don Isaac recorrió la experiencia vital de Juan Pablo II, marcada por el totalitarismo comunista, cuya figura se fue agigantando a través de sus viajes, sus documentos y los eventos que le tocó presidir a lo largo de los veintisiete años de su fecundo pontificado, que la Historia se encargará de valorar definitivamente. Posteriormente abordó la figura de Benedicto XVI, profesor y teólogo, cuya juventud estuvo marcada por el totalitarismo nazi, y que tiene como misión guiar a la Iglesia por este proceloso siglo XXI. Usando como trasfondo de sus palabras algunos artículos y opiniones recogidas en prensa en esos días, el conferenciante fue poniendo sobre la mesa tanto la misión del sucesor de Pedro como las luces y sombras y los retos actuales de nuestra Iglesia, ya sea en el occidente descristianizado como en el oriente perseguido, para ser cada día más fiel a Cristo, aspectos éstos en lo que abundaron las opiniones de los hermanos presentes en el animado debate con que finalizó este encuentro de formación en la Hermandad de Santa Marta.