Durante los días 16 al 18 de MAYO del presente año de 2013 tendrá lugar en el templo parroquial de San Andrés el anual y SOLEMNE TRIDUO en honor y veneración de
NUESTRA SEÑORA DE LAS PENAS.
Dará comienzo a las 20,30 horas, con el rezo del Santo Rosario, Ejercicio del Triduo y celebración de la Santa Misa, con predicación a cargo del
Rvdo. P. D. ANTONIO SANJUÁN MARÍN, C.M.F.
Misionero Claretiano
El domingo 19 de MAYO a las 12,30 horas de su mañana esta Hermandad celebrará SOLEMNE FUNCIÓN en honor de la Santísima Virgen, en la que predicará el mismo orador sagrado.
En el transcurso de la Función, se realizará el “Acto de Entrega” a la Santísima Virgen, previsto en las Reglas.
Asimismo, a su término, se ofrecerá un recuerdo a los hermanos que cumplen veinticinco años como miembros de esta Corporación.
María en la Espiritualidad de la Hermandad
María ocupa en la Iglesia después de Cristo el lugar más alto y el más cercano a nosotros. María es honrada como verdadera Madre de Dios Redentor y Madre de la Iglesia. Ella es miembro singular del Cuerpo Místico de Cristo y modelo destacadísimo de fe, de caridad y de la perfecta unión con Cristo, María es ejemplo de culto y maestra de espiritualidad y apostolado para cada uno de los cristianos. La piedad hacia la Santísima Virgen es un elemento intrínseco del culto cristiano. Esta piedad se entiende de modo subordinado a la piedad hacia el Salvador y en conexión con ella. La piedad mariana conduce a Cristo, alfa y omega, y promueve una fe adulta.
Los hermanos progresarán en su vida de fe con el testimonio de María, mujer creyente que acoge la Palabra de Dios, participa de los misterios de Cristo, en su vida oculta y pública, y está presente en la Iglesia desde el comienzo, como Madre y Modelo, bajo la acción del Espíritu Santo.
La piedad mariana de los hermanos les impulsará a imitar a María asumiendo la Cruz de Cristo al igual que Ella lo hiciera desde la infancia de Jesús, y viviendo los misterios del Señor. La identificación con María, llena de gracia, será plena viviendo la amistad con Dios y la filiación adoptiva en plenitud. María constituye para todos los hermanos el modelo de vida al que imitarán para conformarse mejor a Cristo.
La devoción a la Madre de Dios y de la Iglesia será inseparable de un creciente conocimiento del misterio de María en el plan de la salvación, promoverá una especial conexión de la vida ordinaria con los misterios marianos que celebra la liturgia de la Iglesia, y afianzará una viva piedad mariana en el seno de la familia, en la educación de los hijos y en la vida de la Hermandad. Igualmente impulsará a la adhesión total y responsable a la voluntad de Dios, a conocerla mejor en oración y estudio, descubriendo en María el modelo perfecto y actual de los discípulos de Cristo y a desarrollar un culto mariano que promueva la fe en Jesucristo y el honor debido a Dios.
(Introducción a las Reglas. Espritualidad de la Hermandad)