El Lunes Santo es uno de los días más importantes en la vida de la Hermandad.
Tras un año de cultos a nuestras imágenes, de actividades formativas y asistenciales, los hermanos se reúnen en torno al Santísimo Cristo de la Caridad para acompañarlo en la Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral. Por un día, la Hermandad sale a la calle y se convierte en Cofradía.
La misa preparatoria de la Estación de Penitencia se celebra a las 11:00 horas
Durante toda la mañana, la Parroquia de San Andrés se llena de devotos, fieles y curiosos que acuden a contemplar el paso preparado para la salida procesional. Los hermanos acuden, normalmente en familia, en una especie de cita anual llena de fe, devoción y cariño a nuestros Sagrados Titulares. A las 11:00 horas se celebra la Santa Misa preparatoria a la Estación de Penitencia en la que participan varios sacerdotes hermanos y que es vivida con especial emoción por todos.
Por la tarde, los hermanos acuden desde temprana hora vistiendo el hábito nazareno y la iglesia, desnuda de bancos, se va llenando de túnicas negras para formar los tramos de la Cofradía. Muchos hermanos se acercan a recibir el Sacramento de la Penitencia que es administrado por un nutrido grupo de sacerdotes situados en el Altar Mayor de la Parroquia en un ambiente de recogimiento y oración. Tras las palabras del Director Espiritual y el Hermano Mayor, se reparte la Comunión a los hermanos ya formados y con sus cirios encendidos. Se abren las puertas del templo y la Cofradía comienza a discurrir mientras en el interior se entonan cánticos penitenciales al órgano.
Los hermanos nazarenos deben llegar a la Parroquia de San Andrés a las 17:00 horas
La Hermandad realiza la Estación de Penitencia en silencio, guardando los nazarenos una compostura y recogimiento tales que contagian al público que contempla el discurrir de la Cofradía; por las calles de la ciudad, transcurre este particular cortejo que Traslada a Cristo al Sepulcro envuelto por densas nubes de incienso.
Especial importancia tiene el discurrir de la Cofradía por el interior de la Santa Iglesia Catedral realizándose una meditacíón mientras las filas de hermanos transitan a través de las naves del templo catedralicio.
El regreso al templo parroquial está también lleno de emoción. Mientras las campanas tocan a duelo, la Cofradía entra en San Andrés en un profundo y elocuente silencio que guarda todo el público que abarrota la plaza y las calles aledañas. Ya dentro del templo, se reza por los hermanos difuntos y los nazarenos abandonan el templo regresando a sus hogares por el camino más corto finalizando así la Estación de Penitencia.