Reproducimos la noticia aparecida en la web de la Archidiócesis de Sevilla con motivo del inicio del curso pastoral y la carta que han escrito mons. Juan José Asenjo y mons. Santiago Gómez y que puede descargar desdes el enlace que ofrecemos:
El arzobispo de Sevilla, mons. Juan José Asenjo; y el obispo auxiliar, mons. Santiago Gómez, han escrito una extensa carta pastoral en la que avanzan las prioridades pastorales para la diócesis en el curso pastoral que ahora comienza. Proponen cuatro prioridades o acentos: los jóvenes, la formación cristiana del laicado, la caridad con los pobres y la familia. El aspecto más novedoso respecto al curso anterior es la atención prioritaria a la familia.
En cuanto a la primera prioridad pastoral, aseguran que "es preciso seguir primando en nuestra Archidiócesis la pastoral juvenil", y que "la Parroquia debe ser la casa de los jóvenes". A la luz de la reciente Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), los obispos destacan muchas "potencialidades": "hemos de aprovecharlas y encauzarlas, pues constituyen un germen vivísimo de esperanza, que debería desembocar en la formación de grupos juveniles parroquiales alentados y acompañados por los sacerdotes". Subrayan en este sentido "la experiencia, todavía corta, pero luminosa, del Adoremus de los jóvenes en la ciudad de Sevilla", como ejemplo a repetir en otras localidades de la diócesis. En este punto, se subraya la idea de que "una parroquia sin jóvenes es una parroquia sin esperanza y sin futuro, del mismo modo que una institución docente de la Iglesia, la Escuela Católica, si no tiene una clara proyección evangelizadora, olvida una parte esencial de su identidad más genuina".
Instituto Superior de Ciencias Religiosas
El segundo reto principal es la formación cristiana del laicado. En este apartado sigue cobrando protagonismo la parroquia, como "ámbito privilegiado para la formación de adultos". La Iglesia en Sevilla cuenta para ello con dos "instrumentos magníficos", el Itinerario de Formación Cristiana para Adultos y el Instituto Superior de Ciencias Religiosas “San Isidoro y San Leandro”, cuyo plazo para matriculaciones comienza el 5 de septiembre. Los obispos albergan muchas esperanzas en esta institución de nuevo cuño, abierta a religiosas, religiosos no sacerdotes y laicos de las parroquias, hermandades y cofradías y grupos y movimientos apostólicos, para que "se beneficien de esta enseñanza completa, orgánica y sistemática de la teología en estrecha comunión con la fe de la Iglesia". En el ámbito formativo, afirman que en la Iglesia hay "un déficit importante de pensamiento, palabra y presencia seglar. Esto no excluye, sino que exige también, que en la vida interna de la Iglesia, en todos los campos en que ella se realiza, crezca el protagonismo de los laicos asumiendo responsabilidades en los propios ámbitos eclesiales".
Los pobres, una prioridad
La tercera prioridad del programa pastoral para este curso sigue siendo el servicio a los pobres, "sector éste en el que no podemos relajarnos", y que parte también de la parroquia, que "debe seguir siendo hogar de caridad y fraternidad". Los prelados sevillanos hacen una reflesión sobre las situaciones que se desprenden de la actual crisis económica en aumento: "Es grande el dolor, el sufrimiento y la desesperanza de los pobres, los parados, los inmigrantes, los sin techo, y de cientos de familias que sufren las consecuencias de esta gravísima situación social, de la que no adivinamos el final". En este contexto social, continúan destacando "los sentimientos de impotencia de los sacerdotes y voluntarios de Caritas ante la imposibilidad de remediar tantas necesidades. Por otra parte, en ocasiones, la dureza de la lucha por el puesto de trabajo hace aflorar comportamientos regidos por un individualismo egoísta, por una especie de darwinismo social, en el que rige la ley del más fuerte y el sálvese quien pueda.
Destacan el esfuerzo que están haciendo las Caritas, los religiosos, las hermandades y otras muchas instituciones eclesiales. Pero no olvidan "el riesgo que a todos nos acecha de que nuestras instituciones caritativas, si no por acción, sí por omisión, se vayan progresivamente secularizando, convirtiéndose en ONGs como las demás". En esta línea, subrayan que estas instituciones "eclesialmente son algo más, mucho más", y profundian en la necesidad de potenciar la identidad, "civilmente invisible e imperceptible para quien no tiene fe es, sin embargo, el alma del ejercicio de la caridad. Tal identidad deberá hacerse también socialmente visible todos los días en un estilo de obrar que sea tan novedoso y original que revele a ojos vistas que nuestro compromiso a favor del desarrollo, la justicia y el servicio a los pobres brota del amor salvador de Cristo, celebrado en la liturgia y experimentado cada día en el encuentro cálido con el Señor en la oración y en la participación en los sacramentos", añaden.
En cuanto a la familia, los obispos marcan el objetivo a conseguir: "robustecer en nuestras comunidades la conciencia de familia y ayudar a la familia para que sea efectivamente el santuario doméstico de la Iglesia. Hacen también un análisis de la situación que actualmente padece la institución familiar en nuestra sociedad, y hablan de "profunda crisis". A su juicio, "esta situación es en buena medida consecuencia de iniciativas legislativas que pretenden ampliar supuestos derechos de los ciudadanos. Son consecuencia además de programas educativos, que tratan de sustituir la formación ética y religiosa que ha dado sentido y esperanza a generaciones y generaciones de españoles, y que hoy se considera apriorísticamente como un cúmulo de errores y prejuicios. Se trata de imponer, en definitiva, una comprensión de la persona meramente horizontalista, sin asideros religiosos, sin referencias morales objetivas, a merced de la libertad de cada uno, que acaba haciendo de la persona esclava de sus inclinaciones instintivas y que termina en el más puro hedonismo".
"La crisis interpela y compromete a la Iglesia"
"La actual crisis de la familia interpela y compromete seriamente a la Iglesia (…) Por ello, la Iglesia tiene la responsabilidad de ofrecer acompañamiento, estímulo y alimento espiritual que fortalezca la cohesión familiar, sobre todo en las pruebas o momentos críticos". Respondiendo a este llamamiento, se recuerda la creación, el pasado mes de marzo, de un Centro de Orientación Familiar (COF) en Dos Hermanas, y se adelanta el propósito de abrir otros centros análogos en el curso pastoral que ahora comienza en otras ciudades del territorio diocesano.
Tienen también un recuerdo agraedecido a los Movimientos Pro Vida, "que nos recuerdan a todos que la dignidad sagrada de toda vida, desde su concepción hasta su ocaso natural, es innegociable. Gracias a su empeño y compromiso se salvan muchas vidas humanas y va resquebrajándose la aceptación social del aborto y la eutanasia, que muchos admiten como la cosa más natural del mundo y que es un signo evidente de que nuestra sociedad está enferma", destacan.
En la carta se subrayan otros retos, entre los que destacan el deseo de que cada casa tenga su Biblia (conocimiento y veneración de la Palabra de Dios), la apertura del Seminario Menor, la promoción de las vocaciones y la ya cercana declaración de San Juan de Ávila como doctor de la Iglesia.
En cuanto a la apertura del Seminario Menor, que iniciará sus tareas en los primeros días de septiembre y que se inaugurará el 24 de ese mes en el complejo del monumento al Sagrado Corazón en San Juan de Aznalfarache, los obispos recuerdan que será dirigido por dos jóvenes sacerdotes con la colaboración académica de dos colegios cercanos, Santa Teresa y Ntra. Sra. del Valle. esta institución tiene como misión "cultivar los gérmenes de vocacionales de los adolescentes y jóvenes que presentan indicios de vocación al sacerdocio diocesano secular".
Las vocaciones, compromiso de toda la Iglesia
La promoción de las vocaciones es otra de las constantes de los obispos sevillanos. En la carta pastoral se reconoce que se trata de un compromiso de toda la comunidad diocesana y "una dimensión permanente de la pastoral ordinaria", de forma que "en todos los ámbitos de la pastoral diocesana debe estar presente la preocupación por las vocaciones". Como pauta de acción en este nivel, los obispos proponen el acercamiento de los jóvenes "a los lugares en que hermanos y hermanas nuestros siguen a Jesucristo con alegría y fidelidad en las diferentes formas de vida consagrada, para que los conozcan y oren con ellos. Las nuevas generaciones -añaden- tienen que conocer y tratar a las monjas de clausura, a los religiosos, religiosas y misioneros; tienen que conocer testimonios de consagración personales y concretos". Señalan otro "camino fecundo en la realización concreta de la pastoral de las vocaciones": la iniciación de los jóvenes en la experiencia de la generosidad y el servicio gratuito, en las visitas a enfermos y ancianos y en la atención a los marginados, tanto durante el curso, como especialmente en el verano en campamentos y campos de trabajo. "De este modo, el ejercicio de la caridad cristiana desarrolla en ellos su capacidad de generosidad y es un ámbito privilegiado para escuchar la voz de Dios".
Llamada a la comunión en la Iglesia
En la parte final de la carta pastoral, recuerdan a San Juan de Ávila, apóstol de Andalucía y patrono del Clero secular español. El pasado día 20 de agosto, en la Eucaristía celebrada para los seminaristas en la Catedral de la Almudena de Madrid, Benedicto XVI anunció que en los próximos meses procederá a declararlo doctor de la Iglesia. En este sentido, los obispos invitan a los fieles a "prepararnos para su doctorado acudiendo a sus escritos, a sus cartas innumerables y a su Tratado sobre el sacerdocio, que serán un excelente alimento espiritual para el nuevo curso pastoral. Os invitamos a leer también su “Audi filia” donde traza las líneas esenciales de su doctrina espiritual".
Concluyen con una llamada a la comunión en la Iglesia: "necesitamos vivir la comunión desde el reconocimiento espontáneo, sincero y sin restricciones mentales de los valores y carismas de los otros (…) Hoy es más urgente que nunca vivir la comunión desde la cercanía, la confianza mutua y la caridad, pues todos estamos consagrados y servimos al mismo y único Señor".