Reina de nuestra Hermandad
Todos sabéis que la inclemencia meteorólogica del pasado Lunes Santo nos impidió realizar nuestra Estación de Penitencia hasta la Santa Iglesia Catedral, siendo sustituida por la celebración del Acto Penitencial previsto en la Regla 26ª, que fue seguido en medio de un impresionante silencio y recogimiento por los casi mil hermanos que nos congregábamos en San Andrés. Tengo que destacar y agradecer de todo corazón el ejemplar comportamiento de todo el cuerpo de nazarenos en aquellos momentos, y la serena acogida y respaldo a la decisión tomada por la Junta de Gobierno, en la línea y el estilo habitual de nuestra Hermandad, en una tarde en que el intenso fervor de numerosos hermanos, fieles y devotos se entremezcló con la emoción contenida por no haber podido procesionar este año con nuestro Misterio del Traslado al Sepulcro por las calles de Sevilla.
Con anterioridad habíamos vivido plenamente otra intensa Cuaresma en Santa Marta, llena de citas entrañables que ofrecieron a nuestros hermanos un calendario cofradiero inmejorable en torno a nuestras Sagradas Imágenes, y que gozaron de una buena asistencia y participación. Pocas fechas antes recibimos de la Autoridad Eclesiástica la aprobación de la reforma de las Reglas de la Hermandad acordada en Cabildo General del pasado 22 de noviembre, cuyas disposiciones entraron inmediatamente en vigor; y asimismo durante el mes de febrero su llevó a cabo el proceso de exposición pública y enmiendas al Proyecto de Reglamento de la Estación de Penitencia, el cual quedó aprobado por el Cabildo General extraordinario del 2 de marzo. Tal y como estaba anunciado y comprometido por esta Junta de Gobierno, la Hermandad ha concluido en breve plazo estos dos importantes procesos de regulación normativa, planteados o demandados desde hacía tiempo. Además de la satisfacción por el objetivo cumplido, que ha conllevado un amplio e intenso trabajo por parte de la Junta de Gobierno, quisiera agradecer públicamente la aportación de los hermanos que presentaron enmiendas y asistieron a los extensos Cabildos Generales, así como trasladaros que ambos textos, las Reglas y el Reglamento, no son un punto y final, sino instrumentos para profundizar y mejorar cada día en el cumplimento de nuestro fines y actividades como Hermandad, así como animar la presencia y convivencia fraterna de todos los hermanos en la misma.
El Misterio de la Eucaristía celebrada, adorada y vivida es demasiado grande e importante en la Iglesia como para que merezca una mayor atención por parte e todos los hermanos
La Semana Santa culminó con la celebración del Triduo Pascual, centro de todo el año cristiano, siendo el Jueves Santo el día grande de nuestra Hermandad Sacramental de San Andrés, que como tal y en los últimos años cuidamos con esmero: la celebración de la Santa Misa “In Coena Domini”, la procesión de Reserva de la Sagrada Eucaristía hasta el Monumento, así como la instalación de éste son aspectos sacramentales de los que nos sentimos especialmente orgullosos. En este boletín encontraréis, además, información de los próximos cultos solemnes en honor del Santísimo Sacramento que celebraremos en el mes de junio con motivo del Corpus Christi, importantes citas como Hermandad Sacramental que tenemos que mantener vivas con nuestra presencia y acrecentar aún más en devoción y esplendor. El Misterio de la Eucaristía celebrada, adorada y vivida es demasiado grande e importante en la Iglesia como para que merezca una mayor atención por parte de los hermanos. Aquí podemos mejorar entre todos, e integrar estas jornadas eucarísticas en el programa de vida cristiana que nos ofrece la Hermandad de Santa Marta.
Pero la primera convocatoria que aparece en estas páginas es la del Solemne Triduo y Función en honor de Nuestra Señora de las Penas, los entrañables cultos de mayo a nuestra Virgen bendita. En plena Pascua de Resurrección volvemos la mirada y el corazón hacia nuestra Madre Dolorosa que contempla el triunfo de su Hijo. Fechas hermosas de primavera en San Andrés, altar de azucenas y cirios blancos, recuerdos de juventud de otras épocas. Toda la Hermandad está convocada a los pies de nuestra Madre a la escucha de la Palabra del Resucitado: mayores y niños, hermanos veteranos y más recientes, los que cumplen sus veinticinco años de permanencia en la Corporación, jóvenes y acólitos. Me gustaría que todos nos encontrásemos en estas agradables tardes del Triduo en nuestra Parroquia. Nos reunirá nuestra Madre del Cielo, la que en tantas ocasiones a lo largo de muchos años hemos oído invocar a nuestro querido hermano Jesús Díaz en el rezo de la Letanía como “Reina de nuestra Hermandad”. Que así sea.