Aquí estamos para servir con alegría
“Aquí estamos, Señor Espíritu Santo. Aquí estamos, frenados por la inercia del pecado, pero reunidos especialmente en tu Nombre. Ven a nosotros y permanece con nosotros. Dígnate penetrar en nuestro interior.” (Oración Ad Sumus de San Isidoro). Aquí estamos con intensa alegría para anunciar el Evangelio, dispuestos a servir a Dios y a todos los hermanos de nuestra Hermandad. En la misión que se me ha encomendado junto a un grupo de hermanos de ser animadores y responsables de la vida de nuestra Hermandad, venimos con alegría a servir.
Esta alegría e ilusión que nos hace continuar el proyecto de nuestra Hermandad, desde sus orígenes, como verdadera comunidad de cristianos, hemos ido madurando la fe a través de nuestros cultos y actos formativos y de caridad. Decía el Papa Francisco “Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están. Ya no nos sirve una «simple administración»”. A la luz de esta esperanza de nuestro Papa, debemos trabajar todos los hermanos por anunciar a Jesús, convertirnos cada día y hacer de apóstoles, no solo entre todos los hermanos de nuestra comunidad (Hermandad), sino también en nuestras familias, posiciones y ocupaciones que en estos momentos tengamos en nuestra sociedad.
Ser hermano de Cristo y anunciador del Evangelio. En estos momentos actuales que nuestra sociedad tan alejada está de conocer al Dios verdadero, de conocer a Jesús, como nos dice el Papa, la Hermandad no debe ser una administración o empresa donde gestionar una serie de datos y personas, no somos eso, somos una comunidad de cristianos, cristianos del siglo XXI, con muchas adversidades para anunciar la Buena Noticia. Nuestra ciudad y nuestra sociedad están cada vez más descristianizadas, los medios técnicos y redes de comunicación nos alejan cada vez más de Dios, nos privan de la comunicación entre nosotros, no podemos amar a alguien si no sabemos qué le ocurre y cuáles son sus problemas y circunstancias, es necesario el acercamiento, el trato y el cariño entre nosotros, porque todos sabemos que el amor es lo fundamental y que del amor nos examinarán en el último día. Cada vez es más complicado todo: la educación de los hijos, el honrar a los mayores, el dar testimonio de lo que creemos; los obstáculos que nos encontramos a veces son muros que nos parecen infranqueables, y aquí́ estamos.
"Nuestra Hermandad durante todo el año, pero más que nunca en este tiempo que se avecina de Cuaresma y en la alegría de la Pascua pone al servicio de todos los hermanos la posibilidad de acercarnos, a pesar de todas las dificultades, a este Dios que nos quiere tanto."
Aquí estamos con nuestros defectos y con nuestros pecados, pero sabiendo que el Señor de la Caridad nos ama a cada uno de nosotros, nos llama por nuestro nombre aún en la adversidad más complicada, aún con nuestros errores y desaplicaciones y aunque nuestra respuesta sea pobre, Él siempre nos ama. Nuestra Hermandad durante todo el año, pero más que nunca en este tiempo que se avecina de Cuaresma y en la alegría de la Pascua pone al servicio de todos los hermanos la posibilidad de acercarnos, a pesar de todas las dificultades, a este Dios que nos quiere tanto.
En breves días comenzará el tiempo litúrgico de la Cuaresma, y con ello el Quinario al Santísimo Cristo de la Caridad, finalizando con el día más grande de nuestra Hermandad celebrando la Función Principal de Instituto; recorreremos la Vía Dolorosa en San Andrés acompañando al Santísimo Cristo de la Caridad con el rezo de las catorce estaciones del Vía Crucis; soñaremos oyendo la Meditación ante el Señor en el sábado previo a su Besapiés y lo acompañaremos en Estación de Penitencia a la Catedral en la tarde del Lunes Santo, en las cuatro horas que para muchos son el momento de reflexión profunda que atesoramos guardado cada año.
Cuando el Señor resucite, nuestra Hermandad se unirá de nuevo con alegría a la Pascua, donde todo lo oscuro se vuelve de color, donde la muerte se hace vida. Allí estaremos venerando a Nuestra Señora de las Penas en su Triduo, y así con el paso de los días la Hermandad cumplirá ciclos y tiempos.
Mientras tanto nuestros proyectos de Caridad, con la puesta en marcha de voluntariado académico, la atención a diversas instituciones, herramientas para llegar a los más necesitados; la Formación de nuestros hermanos a través del Aula de Formación Permanente y los ciclos de Cristianismo y Sociedad, los retiros y los ejercicios espirituales previstos para el próximo mes de mayo, nos darán a todos la oportunidad de ahondar en nuestro espíritu para estar más cerca de nuestro Cristo.
Mensualmente estamos llevando a cabo una iniciativa con el mismo espíritu de buscar a Dios a través en un Grupo de Oración abierto a todos, os aseguro que es una pausa necesaria en nuestra vida podernos parar unos minutos a rezar juntos en nuestra comunidad ante nuestros Titulares. Por último, os anuncio la Misa en tiempo pascual donde se administraráel Sacramento de la Unción de Enfermos, sacramento sanador de nuestro espíritu y de nuestra alma, para nuestros hermanos y feligreses de nuestra Parroquia.
Aquí estamos y estamos para servir con alegría. Tu Hermandad te abre las puertas para hacer frente a todas las dificultades, aquí queremos que encuentres al Señor que nos dice: “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas” (Juan 12,46).
Aquí te esperamos siempre, siempre para servirte y siempre con alegría.