El Año Santo Jubilar es un tiempo de gracia que concede la Iglesia Católica, con motivo de un acontecimiento eclesial de gran relevancia -como es el 75 aniversario fundacional de nuestra Hermandad- para conceder las indulgencias fijadas a aquellos fieles que cumplan ciertos preceptos establecidos por Roma.
El jubileo que concede la Iglesia Católica puede ser ordinario o extraordinario. Los primeros son aquellos que se celebran de manera preestablecida y tiene una periodicidad. Los segundos, los extraordinarios, son los que se celebran con motivo de un hecho destacado. Es un tiempo para el perdón de los pecados y por tanto, debe ser una época de reconciliación, de conversión y de penitencia sacramental.
Debido a la celebración del 75 aniversario fundacional de nuestra Hermandad, la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede, por mandato especialísimo de Su Santidad el Papa Francisco, ha dispuesto conceder a la Hermandad de Santa Marta, y a la Parroquia de San Andrés Apóstol por ende, la gracia de que estas puedan celebrar esta efeméride con un Año Santo Jubilar.
Durante todo un año, desde el 28 de octubre de 2022 hasta el 14 de octubre de 2023, nos llega un tiempo de gracia que Dios nos regala como signo de la misericordia del Padre que nos acoge, nos perdona y nos renueva. Durante este periodo de gracia, todos aquellos que se acerquen, con las debidas disposiciones, hasta la Parroquia de San Andrés y hasta Santa Marta, podrán recibir el perdón de sus pecados por la misericordia divina y la indulgencia plenaria.
Por todo esto, el Año Santo Jubilar de Santa Marta es un año de esperanza, de justicia fraternal y de servicio a Dios. Durante este Año Jubilar se nos ofrece profundizar nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos, es una oportunidad para aumentar nuestra fe y nuestro compromiso como testigos de Jesucristo en una sociedad que tanto necesita de Él. El Año Jubilar es una invitación a la conversión, una hermosa “Cuaresma” en la que debemos vivir como Marta, siempre al servicio del Señor, para mostrar el rostro siempre amable del Santísimo Cristo de la Caridad.
Para ganar la indulgencia plenaria se requiere, peregrinando a la Parroquia de San Andrés Apóstol, el cumplimiento de, al menos, estas tres condiciones: la confesión sacramental, la comunión eucarística y la oración por las intenciones del Romano Pontífice. Hagamos de este tiempo de gracia una búsqueda constante del Señor y que así, nuestra Hermandad y nuestra parroquia sean, en este Año Santo Jubilar y en el futuro, la Betania donde Jesús encontraba el descanso y la paz.